lunes, 29 de octubre de 2012

Historia de la Escuela (ambientación)


Muchas son las teorías sobre la creación de las primeras escuelas de Tiempo libre y Animación sociocultural, pero una de las más fiables surge de la investigación y descubrimientos del arqueólogo Bogabantes Smith, que sitúa a la Escuela Istrión como la precursora de las escuelas de Tiempo libre, datando su fundación, tras la fusión de las seis Casas, entre el año 470 y 480 a. c.

Proliferaban por entonces las academias, buscando todas dar con lo que Eurípides llamó “el arte práctico del buen gobierno”. Fueron dos de estas, dedicadas principalmente a la formación y al estudio de los seres humanos, las que plantearon la necesidad de crear una formación destintada a aquellos en proceso de adaptación al mundo, que a su vez fuese un estilo de vida, y una forma de ensanchar el alma (animacius socioculturalensis vitae).

Crearon un primer curso estas dos, que pasaron a ser Casas de una misma Escuela: La Casa Morada, que tomó por blasón un grillo, y la Casa Verde, que tomó por blasón un oso. Hay quienes afirman que para este primer curso buscaron la mejor tierra, en todos los sentidos, instalándose en el corazón de lo que hoy día se conoce como Andalucía, y que incluso fundaron una ciudad, Málaga, para poder funcionar mejor, aportando a esta sus colores para la bandera.

Los frutos de este primer curso sonaron por todas las ciudades y los puertos. Por aquel entonces dos academias más, que formaban a su vez ciudades estado que estaban en continua batalla, se interesaron y unieron a esta nueva Escuela. Se creó otro curso en el que una de estas dos, la Casa Roja, se alió con la Casa Verde bajo el blasón de un lobo. Y la otra, la Casa Azul, con la Casa Morada, bajo el blasón de un halcón. Estas dos nuevas casas deseosas de la competición, fueron las que introdujeron las famosas Olimpiadas de la Escuela, u Olimpiada de monitores.

Pero la fundación definitiva, y su mayor esplendor, llegó cuando otras dos Casas, maestras en la dramaturgia y la filosofía, se unieron. Además, con los aportes de estas dos se cerraron los detalles para la bienvenida de los nuevos miembros. Ya entonces la selección se realizaba mediante el Espejo histrión, una antigua reliquia hallada bajo una montaña.

En los primeros cursos, tan numerosos, cada Casa funcionó sin alianzas: La Casa Morada que retomó el blasón del grillo. La Casa Verde con el blasón de un caballo. La Casa Roja que adoptó el blasón del lobo. La Casa Azul, con el blasón de un martín pescador. La Casa Amarilla con el blasón de un gorila. Y la Casa Rosa, con el blasón de un águila.

Se creó así la Escuela Istrión, Escuela de lo que se llamó Tiempo libre (tempus devacacionis), cogiendo como color representativo la suma de todas las Casas, o sea, de todos los colores pigmentarios, el marrón, pero buscando desde ese color un tono más alegre, es decir, el color Naranja, símbolo hoy día de muchas otras academias.

Los años pasaron y las Casas en cada curso permanecían tal cual, o se aliaban bajo un mismo blasón. Cabe destacar en la historia de la Escuela la alianza de las Casas Morada y Rosa bajo el blasón de un áspid, cuyos alumnos fueron después famosos filósofos y matemáticos. O el blasón del águila de la Casa Azul, que se cree fueron promotores de lo que se llamó Imperio Romano. O el descubrimiento de América, acontecido de casualidad por las Casas Verde y Roja bajo el blasón de un león marino, cuando estaban de excursión con unos barquitos. O el también curioso acontecimiento de la Casa Amarilla bajo el blasón de un tigre que, en una excursión cultural por París en 1789, ante el jaleo que armaron por las calles cantando “que viene mamá pato”, la población creyó que había estallado la revolución, y se echó a las calles.

La rivalidad entre Casas es sonada, pero también la unión y el aprendizaje que se da bajo la misma bandera de la Escuela. Tras varios reveses de la historia, permaneció cerrada u oculta en algunas épocas, hasta que por fin una nueva fusión entre las seis Casas ha vuelto a abrir la Escuela Istrión de Tiempo libre

“¡Seamos faro, seamos huella!”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario