La atención es un “interés en acción”. Cuando depositamos nuestra atención en un objeto, que puede ser un estímulo exterior o un pensamiento interior, la percepción hacia este se vuelve más intensa, y no advertimos nada más que dicho objeto, aislándonos del resto del mundo y de nosotros mismos. Por eso no podemos mantener la atención en más de una cosa a la vez. Cuando así se dice que sucede es, o bien porque se produce un cambio de atención en dos o tres décimas de segundo, o bien hablamos de actos debidos a automatismos.
Existen dos tipos de atención, importantes a tener en cuenta: la espontánea, más natural, cuando la atención se manifiesta como respuesta a un interés inmediato. Y la voluntaria, la que se mantiene con esfuerzo por un deseo propio.
La atención sostenida se transforma en oscilante, variando continuamente de intensidad y claridad. Es decir, es imposible mantener la atención en un sujeto o hecho por tiempo ilimitado. Esto da como resultado lo que conocemos como curva de atención u olas de la atención: en el punto más bajo de dicha línea debemos llamar la atención, y en el punto más alto comunicar lo más importante, pues tenemos la atención de todos.
Además, la falta de atención es contagiosa: un individuo que desatiende puede crear estímulos que provoquen la pérdida de atención de otros.
El monitor debe conocer cómo promover intereses, curiosidad y viva atención durante su intervención, e incluso antes de esta. Debe cuidar la atención como objetivo fundamental:
- Controlar uno mismo la curva de atención, que sea el monitor el que pase de
- atender un objeto al otro.
- Si atendemos, atendemos. Si cambiamos el punto de atención, lo cambiamos. Los puntos intermedios que no se controlan, o dejarse llevar por los participantes, puede ser frustrante.
- Hay que cuidar la atmosfera del marco: luz, temperatura, contaminación acústica, orden,…
- Comunicar despacio, claramente y con variaciones.
- Anteponer a la charla, las conversaciones, el dialogo y la participación activa: no decir nada que pueda decir los participantes.
- Colocarse en un lugar visible para todos.
- Preparar lo que se va a comunicar con antelación, tenerlo bien en mente.
- Distribuir el discurso con cosas más sencillas y más difíciles de entender.
- Mezclar otros elementos, como la gimnasia y el canto, para restaurar las energías fisiológicas y psíquicas.
- No superar nunca la capacidad de resistencia: La atención no es ilimitada.
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