Para la programación de Actividades de Tiempo libre es fundamental articular objetivos. Es incorrecto pasar directamente a las acciones o actividades que queremos hacer sin pasar por una programación que intente solucionar la pregunta más importante: ¿qué necesitan nuestros participantes? Y puesto que a veces nos cuesta encontrar objetivos hemos querido compartir una pequeña guía sobre estos:
- Los articularemos siempre igual, o mediante INFINITIVOS (es lo más común), sustantivos, verbos comodín,… pero no mezclando.
- Los objetivos son ALCANZABLES: no enuncies una utopía.
- Porque los objetivos han de ser MEDIBLES: cuando acabe el tiempo propuesto habrá que evaluar: es la fórmula para la progresión.
- Los objetivos son TEMPORALES, tienen una fecha de caducidad por lo que deberán ir acompañados de un plan de acciones por fechas (qué pasos he de seguir desde que planteo hasta que logro mi objetivo).
- Los objetivos deben ser COMPRENSIBLES, por uno mismo y los demás. No pueden ser abstractos.
- Los objetivos deben poder desglosarse en TAREAS más concretas: será lo que nos conduzca a su resolución.
Una
vez se propone un objetivo comprensible, debemos preguntarnos tres cosas
fundamentales:
o
¿Cuánto
tiempo necesitamos para alcanzarlo?
o
¿Qué
recursos materiales necesitamos para alcanzarlo?
o
¿Qué
recursos humanos necesitamos para alcanzarlos?
Cuando respondemos a estas tres preguntas pasamos a ACEPTAR los objetivos, que en una actividad de Tiempo libre ha de ser hecho por todos. A veces los participantes los aceptarán de manera consciente (comunicamos los objetivos) y otras de forma natural. Ese proceso de aceptar los objetivos forma parte de lo que llamamos COMPROMISO.
Puesto
que el objetivo tiene las anteriores características, debe ser posible que una
vez lo aceptemos, lo llevemos a cabo en actividades de Tiempo libre. Tras finalizar su plazo es fundamental
pasar a la fase de EVALUACIÓN, fundamental para el crecimiento, donde
determinaremos qué ha fallado y por qué factores: los factores que pueden ser
subsanados para nuestra siguiente meta los llamamos RAZONES.
A los no
subsanables los llamamos EXCUSAS.
Puesto
que las razones pueden remediarse, las analizaremos poniendo soluciones,
articulando nuestros cambios en futuro. Las excusas, que se articulan en
pasado, no nos sirven para progresar, por lo que debemos evitarlas en nuestro trabajo de Tiempo libre.
Todo
esto pretende hacer las cosas más fáciles de lo que parece, porque lo
importante de esto no es que abarquemos el mayor número de objetivos posibles,
sino que alcancemos todos los objetivos propuestos.
Una vez entendido cómo articular objetivos, podemos pasar a programar Actividades de Tiempo libre, por ejemplo en tres fases:
1.
¿En qué posición
estamos?: ¿Qué necesidades tienen los participantes?
2.
¿Dónde nos gustaría
llegar? Aquí articulamos los objetivos del Tiempo libre.
3.
¿Qué caminos tomamos
para ello? Las acciones o actividades que vamos a derivar de los objetivos.
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