No
está claro si los primeros miembros de la Casa Verde eran comerciantes, o se
mezclaban con estos en sus viajes. Lo cierto es que tenían una gran pasión por
conocer gentes de todo el mundo, o de todo el Mediterráneo, que era lo que se
conocía del mundo. La ciudad de origen no está clara, posiblemente sus miembros
estaban diseminados entre cuatro puntos de la Península Ibérica: Sagunto,
Cartagonova, Malaka y Gadiz.
Fueron
sus miembros los que optaron por fundar la Escuela junto a la Casa de los
blancos, en una rica tierra “donde todo se da”. Para ellos aquel territorio,
Andalucía, reunía un poco de cada maravilla del mundo y ellos, acostumbrados a
viajar, podían atestiguarlo.
La
vida, se creía, rodeaba todo el mundo, no solo a las personas, y se decía que
esta era de color verde, así cuando una semilla brotaba ese era el color que
veíamos ya que, al ser algo tan frágil, estaba llena de vida, para protegerla.
Así donde había verde, había vida, y donde había vida, los hombres la
construían.
Los
miembros de la Casa Verde siempre se han preocupado por todos aquellos que les
rodean, y han sido muy buenos conociendo qué iba mal para poder corregirlo.
Bogabantes Smith asegura en su libro “La Casa viva” que fueron sus miembros los
que inventaron el abrazo como forma de saludo o despedida.
Aunque
ha sido una Casa muy importante a lo largo de la historia, su presencia ha
pasado más desapercibida que otras. Sus miembros han funcionado más a lo largo
de los años como engranajes que como motores, ayudando incluso a grandes procesos
de unificación y pacificación.
Posiblemente
el blasón más famoso y repetido en esta Casa sea el del Oso, dándose incluso en
todas las variantes de esta familia: Pardo, Ibérico, Polar, Panda, Panda
menor,… Otros blasones famoso el del Caballo, o el Perro en alianza con la
Casa Amarilla. En los blasones de la Casa Verde hay una tendente a animales
mamíferos.
Durante
el Descubrimiento de América junto a la Casa Roja o en los tiempos de la
Colonización la Casa Verde tomó un papel muy importante retomando su espíritu
viajero, aprendiendo de las gentes y culturas en los diversos lugares, y
apaciguando más de una contienda.
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